El problema de la movilidad y la economía local
Algunas municipalidades en México han tomado algunas medidas, tal es el caso de Miguel Hidalgo, que a través de una iniciativa municipal ha puesto en marcha una campaña denominada ConsumeMH, con la intención de incentivar el consumo en los mercados públicos en su territorio y como una medida para mitigar un poco la crisis económica generada por la pandemia. Se ha creado un directorio de negocios, que ofrecen sus productos y servicios a las miles de familias (353,354 habitantes) que viven en las 89 colonias de Miguel Hidalgo.
La página oficial de la Alcaldía #ConsumeMH ofrece un amplio directorio de servicios, que van desde venta dealimentos preparados hasta servicios varios y profesionales agrupados por categorías y giros.
A más de tres semanas de haberse decretado una cuarentena y toques de queda en las principales ciudades de Honduras debido a la emergencia de salud por la pandemia de COVID-19, declarada como tal el 11 de marzo de 2020 por la OMS y que hoy azota al mundo, y en un intento por detener su rápida propagación, surgen muchas preguntas, dudas, temores y necesidades en la población. Una de esas preguntas es, ¿cómo poder moverse para satisfacer algunas de las necesidades más importantes durante esta crisis sino se dispone de un automóvil propio u otro medio de transporte como una motocicleta?
Y es que la movilidad es también una necesidad, sin embargo, la situación que vivimos en la actualidad ha llevado a muchas ciudades alrededor del mundo a tomar decisiones difíciles e importantes, como detener por completo el servicio de transporte público, como una de las medidas para
detener la rápida propagación del virus de persona a persona, y Honduras no ha sido la excepción, que inclusive ha cerrado sus fronteras aéreas y terrestres restringiendo así el ingreso o salida de personas del país.
¿Por qué importa tanto la movilidad?
Sin importar el tamaño de la ciudad, movilizarnos es una necesidad y parte de nuestra actividad económica, ya sea para ir al trabajo, de compras, al médico, o a estudiar, todos necesitamos movernos.
Pero también necesitamos acceso a buenos espacios públicos que nos permitan llevar a cabo cierto tipo de actividades cotidianas que antes dábamos por sentado o no considerabos eran tan relevantes, como poder caminar o sentarse a leer en un parque, y que hoy mientras muchos aguardamos en
nuestros hogares esperando a que pase lo peor de la pandemia, extrañamos.
Es entonces que nos damos cuenta que el desarrollo urbano y la movilidad no solamente encierran aspectos económicos, sino también de salud. El contar con buenos espacios públicos, accesibles, que nos permitan realizar algunas actividades tan simples como caminar o leer, nos pueden ayudar a
sobrellevar la monotonía de un confinamiento, buscando mejorar nuestra salud física y mental.
¿Y que sucede cuando más del 70% de la
población no posee un automóvil propio
para desplazarse por la ciudad?
La respuesta a esta pregunta se complica cuando no existen otras opciones además del automóvil, y el servicio de transporte público de una ciudad sin importar su escala, se ve afectado, más aún cuando ese servicio ya era deficiente desde antes de la pandemia. Sin lugar a dudas, nuestro ritmo de vida ha sido alterado y no sabemos como responder de manera adecuada a este nuevo desafío. Pero es ahí en donde otros modos de transporte pueden ser de gran utilidad.